martes, 25 de septiembre de 2012

Puedo prometer y prometo... no olvidar

Hoy mientras unos "democratas" usan su democrático derecho de reunión para tratar (o eso dijeron) de ocupar el Congreso de los Diputados alguien cumple 80 años.

El no recuerda que fue la persona que más propició, junto al Rey Juan Carlos, el que en España hubiese un Congreso de los Diputados, pero si el no puede recordarlo por una injusta enfermedad nosotros si que debemos hacerlo.

Habló como no del ex-presidente Adolfo Suarez.

No es personaje para santificar, fue falangista y no supo llevar un partido que terminó por desintegrarse, pero si que hay que reconocer el hecho de que contra todo pronóstico supo negociar entre todas las partes una transición desde una dictadura militar a una democracia completa que dió cabida a todo tipo de partidos y todo tipo de "hecho diferenciales".

Valientes fueron sus posiciones ante el Ejercito sobretodo en la legalización del PCE (Partido Comunista de España). Valiente fue su dimisión donde veladamente reconocía que era para tratar de evitar el golpe de estado. Valiente fue esa noche al encararse con Tejero en los salones del Congreso de los Diputados.

Errores, algunos, pero en general pasará a la historia como un negociador nato que supo nadar en mares con tiburones grandes grandísimos.

Yo tenía 14 años cuando dimitió, así que poco puedo recordar de esos años desde el 75 al 81 en los que tantas cosas pasaron.

Pasó que se diseñó una Constitución que dura ya 35 años (este 6 de diciembre). Una Constitución que dió cabida a Cataluña, Galicia, País Vasco y Andalucía como autonomías históricas. Un error el posterior "cafe para todos". Estaba mejor diseñado lo de dos tipos de autonomías; nada raro por otro lado, en Italia tienen esos dos tipos también. Una Constitución que reconoce el derecho de reunión... incluso para tratar de ocupar el Congreso.

Recuerdo la tarde que dimitió con esa frase tan críptica (que luego entenderíamos) de que "Yo no quiero que el sistema democrático de convivencia sea, una vez más, un paréntesis en la Historia de España.".

Recuerdo que TVE1 interrumpió la programación con un Avance Informativo.

Recuerdo que mi abuelo, falangista, gritaba llamándole de todo y pidiendo apagar la tele.

Recuerdo que yo aprendí en ese momento el truco poco menos que Jedi de filtrar las voces de mi abuelo para escuchar lo que decía.

Recuerdo unos meses después otro corte de la programación con un Avance Informativo para decirnos que alguien, esta vez si, había conseguido ocupar el Congreso de los Diputados.

Les juro que desde entonces cada vez que cortan un programa para dar un Avance Informativo se me hiela la sangre.

La enfermedad no es justa y una enfermedad que te impida recordar que has hecho esos servicios a España es aun más injusta. Debemos curarnos de esa enfermedad y reconocer de una vez por todas sin absurdos complejines lo que este hombre hizo. Curémonos nosotros que podemos y volvamos a recordar ya que él no puede.

Gracias Adolfo por tu labor y la de otros políticos con visión de Estado por crear un país donde  hoy puedo escribir libremente en un blog sin que nadie me lo impida y sin miedo a terminar delante de un pelotón o en la cárcel.

El no recuerda, pero yo puedo prometer y prometo no olvidar.





2 comentarios:

Sansa dijo...

Plas, plas, plas, plas.

Aplauso para el protagonista del post y para el autor del mismo.

Chapeau

Eduardo dijo...

Chapeau por el post.

Me gustaría que algún día en este país ampliemos nuestra lista de frases en línea con Don Adolfo:

"Puedo perdonar y perdono"

"Puedo rectificar y rectifico"

"Puedo reconocer y reconozco"