Soy muy escéptico con la contribución de las ONG a largo plazo en una zona. Pero pese a mi, lo reconozco, malsano escepticismo si hay un hombre que para mí marcó la diferencia. Este era el recientemente fallecido Vicente Ferrer. Su trabajo en el estado de Andhra Pradesh de la India durante más de 40 años si que ha supuesto un antes y un después. Pero es que además realizó su tarea como yo pienso que deberían realizarlas las ONG, siendo fieles a la frase "No des peces, enseña a pescar". Bien es cierto que primero hay que aplacar las necesidades básicas, pero el modo en que lo hace la Fundación Vicente Ferrer es precisamente montando las infraestructuras sociales para que ellos mismos puedan ayudarse. La formación de asambleas de mujeres, las shangams, que son las que realmente levantan a los países en el tercer mundo, los programas de educación, y todo el resto de iniciativas van encaminadas a erradicar la pobreza en esa zona no dando de comer (cosa que también hace) sino atacando las bases sociales y económicas de esa pobreza.
Todo eso lo empezó un gran hombre con nombre de santo. El ex-jesuita Vicente Ferrer. El ha muerto, pero gracias a como concibió el trabajo de su ONG los frutos de lo que sembró seguirán creciendo por decenios.
Gracias Vicente.
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