Debido a un par de incidentes que he conocido (uno de ellos vivido) con esta pseudociencia he decidido escribir una serie de artículos sobre el tema.
Empecemos con un poco de historia y tratando de explicar ¿qué es la homeopatía?
A principios del siglo XIX el médico Samuel Hahnemann (1755–1843) desarrolló un nuevo sistema de medicina alternativa basado en el principio enunciado como similia similibus curantur (‘lo similar se cura con lo similar’). El postulaba que un producto que te puede dañar, una toxina, aplicada en pequeñas cantidades te hacía sanar de la dolencia ocasionada por la propia toxina.
Solo unos años más tarde el médico estadounidense James Tyler Kent (1849-1916) dio forma e impulsó esta medicina alternativa desarrollando más la idea de la dilución. Hahnemann y posteriormente Kent creían que cuando más diluían la sustancia tóxica para preparar el remedio homeopático más potente se volvía. Otro ejercicio de fe, puesto que el común de los mortales sabe que si tomas más de una sustancia te afecta más. Si bebemos tres vasos de vino nos afectan más que beber tres vasos de un dedo de vino mezclado con agua.
De este concepto nace el proceso de dilución. Este consiste en tomar una gota (o una unidad X) de la toxina que vayamos a usar y mezclarla con 99 gotas (o unidades X) de agua u otros productos que se emplean en homeopatía como lactosa o glucosa. A esta mezcla de 99 agua y 1 toxina lo llaman una dilución 1CH. Según los homeópatas esto es una dilución que no podemos usar, así que tomamos una gota de la dilución 1CH y la mezclamos con otras 99 de agua. Esto da una dilución 2CH. Repetimos cada vez el proceso de tomar una gota de la dilución anterior y mezclarla con 99 gotas de agua para ir consiguiendo diluciones cada vez, según ellos, más potentes. Así una dilución 10CH es menos potente que una 30CH.
De hecho hay remedios homeopáticos que recetan en dilución 5000CH. Pero claro, ¿cuantas moléculas o átomos de la toxina hay en un preparado 30CH, por ejemplo? Pues bien con las leyes de la química en la mano a partir de una dilución 12CH ya no hay ni una sola molécula o átomo de toxina en la dilución... imaginen en una 5000CH.
Como con el número de Avogrado en la mano y toda la química respaldándolo se demostraba que no había principio activo en esas diluciones el biólogo francés Jacques Benveniste postuló a comienzos de la década de los 90 la teoría de la memoria del agua. Básicamente consiste en decir que si bien es cierto que no hay ni una sola molécula de principio activo en esas diluciones posteriores a la 12CH, el agua tiene un mecanismo por el cual recuerda que en algún momento hubo esa sustancia en ella y recuerda también sus propiedades, y eso según Jacques Benveniste es lo que hace efectivo un remedio homeopático aun no teniendo trazas del principio activo.
La comunidad homeopática acogió la idea con entusiasmo, no así la comunidad científica que simplemente pidió pruebas de esa mágica memoria del agua, pruebas que Jacques Benveniste no pudo aportar en el resto de su vida. Murió en 2004.
Bueno hasta ahí lo que es la homeopatía. No confundir con otras medicinas alternativas como los remedios de herbolario u otros preparados que encontramos en herboristerias, para-farmacias y otros lugares de culto de las pseudociencias. Un preparado homeopático es exactamente lo que he contado.
La homeopatía ha sido estudiada por científicos para demostrar su ineficacia dada la prevalecía que en ocasiones toma esta pseudociencia. En ningún estudio se ha podido demostrar sus beneficios médicos más allá del efecto placebo.
Encuentro tres cosas difíciles de digerir en esto de la homeopatía. Primera lo de que una toxina tomada en pequeñas cantidades soluciona los problemas que la toxina provocó por tomarla en grandes cantidades. Segundo que un principio activo cuanto más disuelto esté más efectos tenga sobre el organismo. Y tercero el tema de lo de la memoria del agua.
Pero aun con tres cuestiones difíciles de digerir, como digo, la homeopatía goza hoy de una salud de hierro. Podemos encontrarla en las farmacias de todo el mundo y aun sabiendo que no sirven para nada, son agua o lactosa al 100%, muchos farmacéuticos los venden pues los clientes se los piden.
Hay dos problemas con esto. Primero y principal porque cobran un dinero por una "medicina" que no hace nada, es agua o lactosa, y si tanto ellos piensan que sirven como si no, están engañando a los consumidores. Pero es que además una persona que confíe en que se va a curar tomando uno de estos brebajes probablemente deje de tomar las medicinas reales y empeorará.
Como locos no están los homeopáticos y saben que en algunos países las demandas civiles son muy eficaces siempre suelen poner la coletilla de que vayas al médico, digamos normal, y sigas sus consejos y tomes las medicinas que te recete además de las homeopáticas.
Pero al final esta "medicina" alternativa bebe de la desesperación de la gente cuando no encuentra soluciones a sus dolencias. Ha habido casos de enfermos de tumores comprando agua o lactosa a 1000 euros el litro en la creencia de que ese "remedio" homeopático servía para curarles.
Lamentablemente las administraciones públicas no lo persiguen, entre otras cosas, argumentando que finalmente los productos homeopáticos no son dañinos, lo cual es totalmente cierto. O no, como veremos en un artículo posterior.
8 comentarios:
Bien joder, bien!! gracias por explicar esta gilipollez de remedios falsos ante enfermedades serias!
Debo estar un poco "depre" porque visto una serie de noticias sobre seudociencias, incluido que EL PAIS dedique 4 páginas de El Pais Semanal el domingo pasado a la grafología, me hace pensar que en este siglo XXI del que cumplimos ya 9 años las seudociencias lejos de remitir toman fuerzas entre los medios y obviamente entre la gente.
¿La "depre" será un efecto secundario del atracón de pastillas? Jajajaja
Nada... contra las seudociencias y los timos ni un paso atrás para coger carrerilla.
Muy ilustrativo.
Si no le molesta, le cito y enlazo.
Un saludo.
Por supuesto que no me molesta. Encantado.
Otra cosa que me encanta de la homeopatía:
Si el agua tiene memoria ¿es que el agua de una disolución homeopática se olvida de todas las cosas con las que ese agua ha estado en contacto y solo se acuerda de la última que los homeópatas le han añadido?¿Todas las sales, acidos, metales, la orina de los que mean en las playas?¿Eso no lo recuerda?
Ya, esa es otra de los razonamientos clásicos contra esta pseudociencia. En realidad es que no hay por donde cogerla, pero ahí la tienes, más viva que nunca. Me pregunto si estamos viviendo uno de lo los siglos más crédulos desde el Renacimiento. ¡Qué lástima!
Donde estudiastes sobre la homeopatía? cuantos pacientes tratastes? Hablas por un par de incidentes? De verdad sos como te describis,un tecnofilo impertinente?
Sabias que la misma ley que prohibe matar, tambien prohibe envenenar y mutilar?
http://escepticoscreyentesylahomeopatia.blogspot.com/2009/07/dice-la-homeopatia-ud.html
Tienes razón, con la homeopatía no te vas a envenenar. No. Bueno, excepto que seas alérgico al excipiente que utilicen en ese momento.
¿Donde he estudiado homeopatía? Te lo pongo de otro modo. Mis estudios de homeopatía me autorizan a ejercerla lo mismo que los del Dr. Nguyen. Vamos, una chufla, como todo lo del mundo de la homeopatía.
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